—    
No
tolero que me mientan
—     No tolero que llegues
tarde a comer, que estamos todos esperándote
—    
No
toleramos que… [lo que sea]  
Y a
nadie se le ocurre decir:
—    
Tolerancia
cero con las mentiras
—     Tolerancia cero con
tus retrasos a la hora de comer
—    
Tolerancia
cero a… [lo que sea]  
No
ocurre lo mismo en el mundo político y, tampoco, en el periodístico, claro, que
en asuntos de uso y abuso del idioma ambas profesiones van de la mano: unos
inventan y otros repiten como loritos… sin pararse a pensar qué están diciendo
y cómo lo están diciendo.  
No sé
quién se inventaría eso de tolerancia
cero, pero ha hecho carrera la expresioncita de marras. Algunos ejemplos:
elmundo.es 11/03/2015
telecinco.es 18/03/2015
Ahora bien, como la expresión primigenia ya se ha utilizado mucho, como ya no es novedosa, como se nos va quedando anticuada, ¿qué hacemos? Pues le damos la vuelta: en vez de seguir con lo de tolerancia cero a… [lo que sea], ahora decimos [lo que sea] cero… y nos quedamos tan panchos:
ultimahora.es 16/03/2015
Es
decir, que ya queda menos para que, durante el próximo periodo de sequía, cuando
pasen varias semanas sin que caiga una gota, empecemos a ver y oír la siguiente
expresión: 
Lo cual
estará muy bien desde un punto de vista ludolingüístico (No pises los pises), pero no dejará de ser una gilimemez
como las otras, ¿no te parece? 







 
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