miércoles, 25 de noviembre de 2015

Petas y picos

Lo leí en ‘Científicos japoneses logran disparar el láser más poderoso del mundo’, en lavanguardia.com (29/07/2015):

El disparo ha alcanzado una potencia de dos petavatios durante un picosegundo

Y uno, que no está muy ducho en tamañas dimensiones, no tuvo más remedio que acudir al diccionario académico para cerciorarse de que sí, de que ambos elementos se usan como prefijos en el Sistema Internacional de Unidades, de que peta- significa mil billones de veces y pico-, una billonésima parte.

Por lo tanto, el disparo alcanzó una potencia de dos mil billones de vatios durante una billonésima parte de un segundo. ¡No sé cómo pueden medir eso! Si un segundo es un tic del reloj y una décima de segundo… casi nada, ni siquiera puedo imaginarme qué es una billonésima parte de un segundo. En fin, ellos sabrán.

El caso es que uno, más ducho en otros asuntos, recordaba que peta y pico tienen otros significados en español, digamos, no normativo. Y, tras acudir a otro diccionario menos académico, el Diccionario de Argot Español, de Víctor León, logró corroborarlo: peta significa porro y pico, inyección de heroína u otra droga en la vena. ¡Casi nada!

Imagino que a esos científicos japoneses del disparo no se les ocurriría fumarse un peta ni, mucho menos, meterse un pico durante la preparación de la prueba. En caso contrario, quizá el disparo habría llegado a una potencia de dos yottavatios durante un yoctosegundo. Es decir, la repanocha… y un poco más.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Si exclamas, exclama bien

Ya he hablado en otra ocasión (Interroguexclamo) de que en español se usan dos signos, uno de apertura (¡) y otro de cierre (!), en las frases exclamativas. Esta peculiaridad del español —en las lenguas vecinas solo se usa el de cierre— parece que se va perdiendo poco a poco. No hay más que asomarse a las calles de mi ciudad y prestar un poco de atención a la cartelería: cada vez es más frecuente ver que el signo de apertura ha desaparecido.


 
  

O que el signo de apertura se ha transformado en signo de cierre… por vete tú a saber qué circunstancias.

 
El caso es que todos tenemos derecho a quejarnos, a expresar nuestra alegría, nuestra sorpresa o lo que nos dé la gana. Pero, ¡hombre!, habría que procurar hacerlo correctamente. No cuesta tanto, ¿verdad?

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Anagramas que argamasan

He hablado ya varias veces de los anagramas en este espacio. Hoy quiero hablar de marcas anagramáticas, pero dándole al asunto un toque lúdico algo diferente y, también, un pelín transgresor. Porque algunas marcas pueden transmitir más cosas de las que los expertos en márquetin nos meten por los ojos y los oídos con la publicidad. Son mensajes escondidos, subliminales, que pueden pasar inadvertidos incluso para esos expertos en márquetin, pero que ahí están. Y, escarbando un poco, este ludolingüista redomado se ha propuesto sacarlos a la luz… y, de paso, procurar divertir un poco a la concurrencia. Veamos.

Si vives en Gerona y quieres una cobertura impecable, Orange es la solución: lo lleva en sus genes.

Si quieres alquilar un coche y pagar con VisaAvis no te va a poner ningún impedimento: si lo hiciera, estaría traicionando sus raíces.

Si estás pasando una mala racha, acércate por Correos: socorre a la gente que está en apuros.

Los de Danone son muy patrióticos: en sus fábricas siempre ondean las banderas del lugar en el que se hallan.

Y los de Nestlé, muy discriminatorios: venden solo a los consumidores que llevan lentes.

Para conseguir el modelo Renault que deseas, a tiempo y por un precio apañado, probablemente al concesionario tendrás que untarle.

Y si lo que quieres es un Citroën, no te quedará más remedio que hacerte pasar por el más cretino del barrio para conseguirlo pronto.

¿Se te ocurre alguna otra marca con mensaje oculto? Seguro que si cogitas un poco, te salen algunas, y no necesariamente góticas. ¡Ánimo!

miércoles, 4 de noviembre de 2015

A vueltas con in-

Dice la norma académica que el prefijo in-, que se utiliza para indicar negación o privación, se convierte en im- ante b o p (ya lo he mencionado en Balompié en Ciempozuelos), y se convierte en i- ante l o r.

Por eso, Marta Portal escribe lo siguiente en ‘A tientas y a ciegas’:

La dejó pasar, y ella cruzó el umbral de Secretaría con aire de reina. No era una pose estudiada, no. Era algo impremeditado

Es decir, in- + premeditado = impremeditado. Correcto, pues.


Y Antonio Lorca titula un artículo de la sección ‘Revista de verano’ de El País del 12/07/2015 así:

 Ureña triunfa con una corrida 'ilidiable'

Es decir, in- + lidiable = ilidiable. Correcto también.
 

Ahora bien, en ‘Se enciende y se apaga una luz’, Ángel Vázquez escribe esto otro:

—En cambio, tu cuñada es un hueso.
—Un hueso inroíble.

En realidad, debería ser irroíble: el prefijo in- ante r se convierte en i-, y la erre debe duplicarse para mantener el sonido fuerte de la erre inicial de roíble (ver Prorruso). Es lo mismo que ocurre en irrepetible (que no inrepetible) o en irracional (que no inracional).

Tenlo en cuenta cuando te veas en alguna situación similar.