Por
eso, Marta Portal escribe lo siguiente en ‘A tientas y a ciegas’:
La dejó pasar, y ella cruzó el umbral de
Secretaría con aire de reina. No era una pose estudiada, no. Era algo impremeditado…
Es
decir, in- + premeditado = impremeditado.
Correcto, pues.
Y Antonio Lorca titula un artículo de la sección ‘Revista de verano’ de El País del 12/07/2015 así:
Ureña
triunfa con una corrida 'ilidiable'
Es
decir, in- + lidiable = ilidiable.
Correcto también.
Ahora
bien, en ‘Se enciende y se apaga una luz’, Ángel Vázquez escribe esto otro:
—En cambio, tu cuñada es un hueso.
—Un hueso inroíble.
En
realidad, debería ser irroíble: el
prefijo in- ante r se convierte en i-, y
la erre debe duplicarse para mantener el sonido fuerte de la erre inicial de roíble (ver Prorruso). Es lo mismo que ocurre en irrepetible (que no inrepetible) o en irracional
(que no inracional).
Tenlo
en cuenta cuando te veas en alguna situación similar.
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