La primera vez lo oí en una emisora de radio. Estaban hablando del sesquicentenario del nacimiento de alguien. ¿O quizá era del fallecimiento? La verdad es que no lo recuerdo. El caso es que hablaban de que hacía 150 años del suceso. Y me sorprendió, la verdad. Porque, como digo, era la primera vez que oía el prefijo sesqui-. Tampoco es que lo haya oído mucho más después… ¿Y qué significa? Pues dice el diccionario que denota una unidad y media. Es decir, que sesquicentenario quiere decir un centenario y medio; o sea, 150 años. Y sesquihora, una hora y media.
En realidad, este prefijo se puede aplicar a cualquier unidad de medida: sesquimetro (1,5 metros), sesquikilómetro (kilómetro y medio), sesquikilo, sesquimés… O sea, que podemos decir o escribir frases como las que siguen:
- Quedamos dentro de una sesquihora en la plaza, ¿vale?
- He conseguido un contrato de un sesquiaño. ¡Qué bien! A mí me acaban de hacer uno de un sesquimés.
- Faltan huevos en la nevera; compra una sesquidocena…
Pero, ¿por qué constreñirnos a las unidades de medida? También puede usarse con otras unidades. Por ejemplo:
- Me acabo de comer una sesquimandarina.
- Las cuatro primeras preguntas valen un punto; las otras cuatro, un sesquipunto…
¿Por qué no utilizamos más este prefijo? Tiene un nosequé que lo hace especial, muy original. Podríamos ponerlo de moda, ¿no? Y ¡quién sabe! ¡A lo mejor dentro de poco nos encontramos con una campaña publicitaria del clásico pegamento Imedio centrada en el concepto de "el único sesquipegamento"!