Un vecino mío se llama Aurelio, lo cual es bastante singular. No porque Aurelio sea un nombre poco corriente en estos tiempos, que también, sino porque —y es lo que aquí me interesa destacar— es un nombre que contiene las cinco vocales sin repetir ninguna.
Eso de buscar palabras pentavocálicas es uno más de los entretenimientos que nos proporciona el español. Y es muy gratificante cuando encuentras alguna que cumple esa condición. Y si encuentras varias, que además tienen algún tipo de relación entre sí, pues ya ni te digo.
Es el caso, por ejemplo, de otros antropónimos muy poco corrientes en la actualidad, por no decir totalmente desconocidos para la mayoría de la gente: Eudoxia, Eufrasio, Eulogia, Eustasio, Eutropia, Gaudemio, Gaudencio, Gauderico, Laurencio, Laurentino…
Pongo todos los que he encontrado, aunque es posible que haya más. Todo es tener los ojos abiertos para no dejar pasar las oportunidades que se presenten. ¡Ah! Y no vale hacer trampas. No se admiten los diminutivos (nada de Manuelito, por ejemplo), ni tampoco que se repita una vocal (no vale Eustaquio, pues).
Claro que no hay ninguna obligación de circunscribirse a los nombres propios. También puede uno ampliar la búsqueda a los nombres comunes: murciélago, eucalipto, centrifugado, autocine…
¡Inténtalo! Las pentavocálicas están ahí... a tu alcance.
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