miércoles, 18 de septiembre de 2013

Aumentativos falsos

En español, para aumentar la magnitud del significado de un vocablo, podemos utilizar el sufijo -azo, -aza. Así, un coche de gama alta será un cochazo; una mano grande, una manaza; un yogur superexquisito, un yogurazo (oído en un anuncio de yogures)…

Pero también existe la posibilidad de utilizar el sufijo -ón, -ona. Así, un chiquillo más que inocente será un inocentón; una mujer que se pasa de pícara, una picarona; un bebé que no veas qué cantidad de caca hace, un cagón…

A mí, este segundo sufijo me gusta mucho más que el primero, da mucho más juego. Existen en español un montón de palabras que terminan en -ón, pero que no son necesariamente aumentativos. Acabo de utilizar una, montón, y a nadie se le ocurriría pensar que se trata de un aumentativo… a menos que uno sea un ludolingüista redomado y se divierta buscándole cinco pies al gato, como es el caso de quien esto suscribe.

En Una patilla es una pata corta (junio 2013), ya mencioné los malentendidos que pueden causar aquellas palabras que tienen apariencia de diminutivo, pero que no lo son. Y daba unos cuantos ejemplos: colilla, carrillo, gatillo…

Aquí se trata de lo mismo, pero presentado de otra manera. Mira los aumentativos que se pueden crear para describir determinadas situaciones:

-       Si mi hermana lee mucho, ¿es una leona?
-       Si un banquero tima mucho, ¿es un timón?
-       Si un macarra zurra mucho, ¿es un zurrón?
-       Si soy más vago que la chaqueta de un guardia, ¿soy un vagón?
-       Si salo las comidas más de la cuenta, ¿soy un salón?
-       Si tiro muchas cosas, ¿soy un tirón?
-       Si cojo muchas cosas, ¿soy un cojón?
-       Si mi perrita ladra mucho, ¿es una ladrona?
-       Si un carnero bala mucho, ¿es un balón?
-       Si soy la mar de grosero y basto, ¿soy un bastón?
-       Si un buzo es enorme, ¿es un buzón?
-       Si no hago más que peerme, ¿soy un peón?
-      

¡Da rienda suelta a tu imaginación y verás cómo encuentras palabras a las que dar una nueva vida en tus conversaciones!

1 comentario:

  1. Entonces, no aceptás el sufijo <ote<, por ejemplo, si la raíz es grosero.¿Porqué discriminamos las palabras por su apariencia?

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