Es el título del artículo que publicó Toni Aira en su columna ‘La cortina de humo’ de El Periódico del 29 de diciembre de 2013. Por supuesto, ninguna de esas dos palabras entrecomilladas está presente en el diccionario, pero ¿a que las entiendes perfectamente sin que nadie te las tenga que explicar?
Y es que no nos cuesta nada identificar la raíz de moncloa en la primera y de génova en la segunda, ambas acompañadas del sufijo -ita en plural. Y si sabemos, como sabemos, que el sufijo -ita suele formar gentilicios (como vietnamita o moscovita) y otros adjetivos que indican pertenencia (como jesuita o carmelita), pues ya sabemos qué nos quiere decir el autor con esas dos palabras: los monclovitas son personas cercanas a la Presidencia del Gobierno de España (el Palacio de La Moncloa es su sede) y los genovitas son personas cercanas al Partido Popular (su sede central está en la calle Génova de Madrid).
Claro que, si pensamos que la Presidencia del Gobierno de España la ostenta una persona del Partido Popular, pues, la verdad, uno no termina de comprender muy bien las sutilezas que nos quiere transmitir Toni Aira. Pero, bueno, eso es harina de otro costal.
No sé si ambas palabras serán, o no, cosecha propia del autor del texto. Da igual. Lo interesante es que son dos palabras creadas por un hablante de español utilizando los mecanismos que la lengua le proporcionaba. Y todo ello, además, sin menoscabo de la comprensión y de la buena comunicación. Es algo similar a lo que hizo Javier Marías en uno de sus artículos (ver Istas y ólogos).
Ahora bien, para ser coherentes con los mecanismos lingüísticos del español, lo correcto hubiera sido decir moncloítas (derivado de Moncloa) y no monclovitas (derivado de una inexistente Monclova). Claro que la presencia de esa v de más puede deberse a la influencia de la otra palabra, genovitas (derivado de Génova), que sí la lleva.
¿Acaso quiere eso transmitirnos sutilmente la percepción de que en La Moncloa se nota mucho –¿quizás demasiado?– la influencia de Génova? ¿Acaso significa eso que…? ¡Vade retro, Ángel! ¡No te metas en esos berenjenales!
¡Disfrutemos del lenguaje y juguemos con las palabras! ¡Todos somos hablantes de español y todos podemos ser creadores de palabras nuevas!
¡A divertirse, pues!
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