miércoles, 16 de septiembre de 2015

Acrósticos ibéricos

Me parece que era 'Dick Turpin en Irlanda', aunque no estoy seguro. Sí estoy seguro de que era en una de esas novelas de aventuras para un público juvenil, de la Editorial Bruguera, creo, en las que una página de cada cuatro estaba ilustrada en plan tebeo.

El episodio que recuerdo iba de alguien que estaba preso y que conseguía transmitir un mensaje (¿o era un nombre?) al exterior burlando la vigilancia de sus carceleros, que, por supuesto, leían sus cartas. ¿Cómo lo conseguía? Pues, insertando un acróstico en un texto de lo más inocente: las primeras letras de cada línea, leídas en su orden, daban el mensaje escondido.

Es el mismo recurso que utiliza el Asador Aranduero (¡qué buenas las chuletillas de cordero!) en este poema enmarcado en el que alaba las viandas que ofrece a sus comensales:



Y lo mismo hacen los establecimientos D'Ibéricos en sus escaparates:



… aunque, en este caso, el acróstico no es inicial (de inicio de palabra o frase), sino combinado.

Hasta ahora no había hablado de los acrósticos en este espacio, aunque sí colé uno de rondón en Ana Magra (junio 2013). ¿A ver si lo encuentras?

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