miércoles, 2 de julio de 2014

Sigleros

En El siglo de las siglas, hablaba de la superabundancia de siglas en la que vivimos y de que algunas siglas terminan por escribirse tal cual se pronuncian. Citaba los casos de ONG, LP, DDT y PNN, que han pasado a escribirse oenegé, elepé, dedeté y penene.

Aquí lo que quiero destacar es que algunas siglas han producido incluso adjetivos derivados, pero sin pasar necesariamente por la fase de escribirse tal cual se pronuncian. Me explico.

Es el caso de ugetista y de cenetista, derivados de UGT (Unión General de Trabajadores) y de CNT (Confederación Nacional del Trabajo), que nunca se han escrito Ugeté ni Ceneté. Y lo mismo ocurre también con pepero y pecero, derivados de PP (Partido Popular) y de PCE (Partido Comunista de España), que nunca se han escrito Pepé ni Pecé.

Como no es posible escribir UGTista, CNTista, PPero y PCEro, porque va en contra de todos los mecanismos de formación de palabras de la lengua española, el hablante de español ha optado por la alternativa que le quedaba: formar el derivado no directamente de la sigla, sino de la forma escrita que tendría esa misma sigla tal cual se pronuncia. ¡No quedaba otra!

Y lo mismo ha ocurrido con defeño, que el DRAE define como natural de la ciudad de México o del Distrito Federal (D.F., en abreviado).

Y aquí tienes otros dos ejemplos más de siglas productoras de derivados, extraídas, en este caso, de los medios de comunicación, hace ahora un año más o menos:

-       En El País Negocios, del 28/07/2013, Alicia González y David Fernández firmaban un artículo titulado “Las empresas temen ser opables”.

-       Y en elpaís.com, apareció la siguiente noticia, ahora ya algo obsoleta:

Ni que decir tiene que ni opable (adjetivo derivado de OPA: Oferta Pública de Adquisición) ni fibero (adjetivo derivado de FIB: Festival Internacional de Benicàssim) están recogidas en el DRAE, pero eso no significa que no las entendamos perfectamente y, lo que es más importante, que no podamos crearlas si sentimos la necesidad de que deben existir. Para eso tenemos a nuestra disposición los mecanismos de formación de palabras que el español nos proporciona y, entre ellos, los prefijos… que dan mucho juego.

Así pues, ¡sé creativo! ¡Enriquece tu vocabulario con nuevas creaciones! Pero eso sí, sobre todo, procura que te entiendan… que para eso sirve la lengua: para entendernos y comunicarnos, no para descomunicarnos.

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