Para
terminar, aquí van unas cuantas cosas que no quiero que se me queden en el
tintero.
Empezaré
por un anuncio anagramático:
Se
trata de un vídeo que se puede ver en la red. Fíjate en el artificio gráfico en
el segundo 17.
Seguiré
con seis marcas palindrómicas:
Y acabaré con cuatro chistes paronomásticos:
Llega un señor a la parada del
autobús y le pregunta a otro:
—Oiga, usted. ¿Desde cuándo espera?Y el otro le contesta, un poco abrumado:
—No. Si yo… soy persona.
Alguien le está contando a un amigo
sus vacaciones:
—… Y nos metimos selva adentro y, de
repente, ¡zaca! ¡Una serpiente se nos cruza en el camino!—¿Cobra? —le pregunta el amigo.
—¡Y yo que sé si cobra! —le responde.
Un conductor sale del coche y le
pregunta al primero que ve:
—¿Me falta mucho para León?El otro lo mira de arriba abajo parsimoniosamente y con una media sonrisa en los labios… que lo dice todo.
—Ayer estuve con una tía
despampanante —le está contando a un colega—. Tenía un cuerpo… unas tetas… unas
piernas…—y acompañaba su entusiasmo con ademanes de admiración suprema.
—Y de cara, ¿qué? –le
pregunta el colega.—¿De cara? ¡Carísima!
Los tres primeros los oí en el Club
de la Comedia, y me recordaron el otro.
Tras
este batiburrillo, echo el cierre a ‘El español curioso’ y me despido de ti con
un ‘gracias muchas’ y un ‘hasta pronto’.
Si
te apetece, nos podemos seguir viendo en El porquerón quincenario.