miércoles, 18 de marzo de 2015

Yesos y escayolas

Iba yo el otro día de camino al trabajo con mi vehículo unipersonal de dos ruedas sin motor (con mi bici, vaya) por una calle de carril único, cuando estuve un rato largo circulando detrás de una furgoneta en la que ponía

Agustín
Yesos y escayolas
Talavera de la Reina

El tráfico era tranquilo, así que, casi sin querer, presté más atención de la necesaria a lo que estaba escrito, particularmente a la frase de en medio: me resultaba curiosa por las tres yes que contenía. Inmediatamente, mi mente ludolingüística se puso a jugar con disociaciones (Con don Quevedo)… y fue bien productiva:

Yesos, yesca y olas
Yesos y escay, olas
Yesos, yesca, yolas
Y esos y esca y olas
Yes, os, yes, cayo, las
Y, es, os, y, es, ca, yo, las

Y todas las combinaciones posibles entre estas palabras disociadas.

¡Uf! ¡Lo que da de sí un paseíto en bici!

¡Ah! ¿Que no sabes qué es yesca ni yola ni esca? El diccionario te sacará de dudas. ¡Ábrelo!

miércoles, 11 de marzo de 2015

Hora 0

Termina uno de cenar, recoge la mesa, limpia la cocina y se instala delante de la tele. Tras unas cuantas cabezadas, cuando está a punto de caer en el primer sueño, empieza la película. Mientras salen los primeros créditos, en pantalla aparece un mensaje que dice:


Y, ¡sorpresa!, a uno se le pasa la modorra ipso facto. Porque, ¿qué es eso de las 00:00? ¿Qué hora se supone que es? ¿No querrán decir las 24:00?

Que yo sepa, no hay ninguna hora 0, como no hay un día 0 ni tampoco un año 0. Cuando uno cuenta los días del mes, empieza por el 1, no por el 0: día 1, día 2, día 3… y así hasta el día 31, que es el último. Y el mes siguiente vuelve a empezar por el día 1. No hay 0 por ningún lado.

Con las horas, pasa lo mismo: la 1, las 2, las 3… y así hasta las 24 (o 12 de la noche). No hay ninguna hora 0. Después de las 23:59, vienen las 24:00 y, luego, las 00:01. No hay 00:00.

Claro que eso del tiempo parece una magnitud bastante flexible… a tenor de lo que se observa en este cartel de un restaurante:


¡Días de 25 horas! ¡Uau! Ver para creer.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Juegos aéreos

Por cuestiones laborales, recientemente he tenido que hacer un par de viajes en avión. Ninguno demasiado largo —poco más de un par de horas—, pero ambos con tiempo suficiente para leer, echar una cabezadita, volver a leer, mirar el paisaje (si no está nublado o no se ha hecho todavía de noche, claro), aburrirse un rato…

La mayor parte del tiempo, no obstante, al viajero de avión no le queda más remedio que mirar hacia delante. Y ¿qué tiene justo delante? Pues el respaldo del asiento delantero, y bien cerquita, por cierto. Y en el respaldo, una suerte de compartimento con algunos documentos que sobresalen: las instrucciones de seguridad, la carta, una bolsa para basura, la revista de la compañía. Total, que el viajero se pasa la mayor parte del vuelo viendo el logotipo de la compañía estampado en esos documentos y el nombre de la revista. En mi caso, Iberia y ‘Ronda’.


Al final, al viajero ludolinguista que es uno se le ocurre matar el aburrimiento jugando mentalmente con el nombre de la revista, que tiene unas letras muy apañadas para ello. Y empieza buscando anagramas. Y le salen unos cuantos:

Radón, Nardo, Nador (la ciudad marroquí), Doran, Donar, Dorna (la empresa que organiza actos deportivos, como el mundial de motociclismo),  Andro (el prefijo relativo a hombre, varón), Ornad

Cuando ya no encuentra más, se pone a buscar palabras que contengan las cinco letras de Ronda y repitan una, o varias, de las cinco. Y le salen otro montoncito:

+ 1 = Rondan, Rondad, Rondar Donará, Ornada, Ornado, Adoran, Adorna, Arando,

+ 2 = Andorra, Andador, Andaron, Nadaron, Nadador, Donarán, Rondado, Rondada, Ronda, Adornan, Adornad, Ornando

+ 3 = Rondando, Rondarán, Rondaron, Adorarán, Adoraron, Adorando, Andadora, Nadadora, Adornado, Adornada

+ 4 = Andorrano, Andorrana, Adornando, Adornador, Adornaron, Adornarán

+ 5 = Adornadora

Con 6 letras repetidas o más, este viajero no encontró nada.

Luego, decide tomar las cinco letras de Ronda y ver cuántas palabras pueden formarse sin repetir ninguna letra. Y encuentra otro montón:

Con 2 letras: Ro (la letra griega), Ra (el símbolo del radio), Da, Do, No, Na (el símbolo del sodio), Ar (la voz de mando militar)

Con 3 letras: Ran (la película de Akira Kurosawa), Ron, Don, Dan, Dar, Aro, Ano, Ora, Oda

Con 4 letras: Roda (el pueblo de Albacete con artículo),  Dora (el nombre de mujer),  Dron, Nora (otro nombre de mujer), Nado, Nadó, Ardo, Arno (el río de Florencia), Ando, Orán (otra ciudad marroquí), Oran, Orad

Y así, poquito a poquito y con un poco de imaginación, se pasa uno el viaje la mar de entretenido. ¿O tendría que decir: …el aire de entretenido? ¡Je, je!

Ciertamente, las letras de Ronda son muy apañadas para este entretenimiento. Con Iberia ni lo intenté. Quizá en otro viaje, aunque se me antoja bastante más complicado. ¿Lo intentas tú y, luego, me cuentas?

miércoles, 25 de febrero de 2015

Bajo cero

Este invierno gélido ha traído muchas noches, y algunos días, de temperaturas bajo cero. Nada extraordinario, por otra parte. Como tampoco es extraordinario ya oír cómo los presentadores del tiempo se expresan diciendo menos 8 grados, en vez de decir 8 grados bajo cero.

Vale. Ellos sabrán. Puedo comprender que, al escribir –8 °C, uno lea menos 8 grados, ya que el símbolo se lee menos. Pero me parece un sinsentido que se escriba menos ocho grados, con todas las letras. Pues bien, eso es lo que ocurrió en la 1ª edición del Telediario de La 1 del 10/01/2015: uno de los títulos que suelen acompañar las noticias rezaba así:

En zonas de La Rioja han pasado la semana a menos 8 grados

Hablado, vale. Pero, escrito… Parece una aberración… que ya está proliferando por un montón de medios escritos. Algunos ejemplos:

 
elprogreso.galiciae.com

laregion.es

elconfidencialdigital.com

abc.es

De todas maneras, esta expresión no parece tan aberrante como esos meteorólogos —o solo presentadores del tiempo, quien sabe—, que hablan de grados negativos. ¿Se escuchan cuando hablan? Lo dudo mucho.

 

miércoles, 18 de febrero de 2015

Historia e histeria

En Los malos no ríen (El País, 08/01/2015), Javier Pérez Andújar escribe lo siguiente:

… trabajaba en el parque del Retiro de Madrid un titiritero […] Como se llamaba Manuel de la Rosa escribió un libro titulado ‘Manual de la risa’ por Manuel de la Rosa…

En el crucigrama de Mambrino (mismo periódico y día), la segunda definición del 1 vertical es ‘Corriendo mucho por Castilla, a toda…’. Y la respuesta es: pastilla

¡Vaya coincidencia! Dos paronomasias en el mismo periódico el mismo día. ¡Es todo un hallazgo! Para un ludolingüista ojo avizor siempre a la caza de buenas presas, se trata de una circunstancia muy interesante.

Unas semanas después, en publico.es, apareció el siguiente titular (el subrayado es mío):


Se habla de paronomasia cuando dos palabras de la misma extensión se diferencian solamente por una letra.

Suele ser sencillo encontrar parónimos en palabras cortas, de cuatro o cinco letras. Un ejemplo es la serie paso peso piso poso puso, donde solo cambia la vocal (ver Ba, be, bi, bo, bu y Ma, me, mi, mo, mu, para descubrir cómo aprovechar las series de este estilo).

Otro ejemplo es bardo cardo dardo fardo nardo sardo tardo, donde cambia la primera consonante.

El juego se va complicando a medida que se incrementa el número de letras. Lo cual es lógico, por cierto. Y uno, al que le van las complicaciones lingüísticas, que, dicho sea de paso, también son divertidas, se entusiasma cuando va encontrando parónimos más largos:

– De 6 letras: idioma | idiota, collar | callar…

– De 7 letras: cerveza | certeza…

– De 8 letras: invierno | infierno, sociedad | suciedad…

– De 9 letras: pesadilla | peladilla…

¿Te animas a seguir? ¡Venga! ¡A ver hasta qué número de letras llegas!
 
Tampoco hace falta que los parónimos sean totalmente académicos. Con que sean comprensibles vale. Por ejemplo:

– De 11 letras: iconoclasta | iconoplasta

miércoles, 11 de febrero de 2015

Tebeos y cómics

En noviembre de 2013, escribí un texto sobre los nombres parlantes de los personajes de los tebeos y lo titulé Cuando los cómics se llamaban tebeos.
 
Ahora, en El País Semanal del 11/01/2015, he podido leer un artículo de Borja Hermoso titulado ‘Ibáñez. El rey del tebeo’, en el que se hace mención a un libro de Antoni Guiral sobre la escuela Bruguera (1945-1963) que lleva ese mismo título.
 

Solo quería dejar constancia de que no tenía conocimiento de ese libro cuando escribí mi texto. Con lo que el título que le puse es una coincidencia… afortunada a mi parecer.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Cuñas empotradas

Los ludolingüistas llaman empotre al juego que consiste en incrustar una palabra en otra para formar una tercera. Es el caso de, por ejemplo, vaso + nido = vaNIDOso.


 Y lo llaman cuña si lo que se incrusta no es una palabra sino una letra. Por ejemplo, traición + d = traDición.
 
Ahora bien, ¿por qué ceñirse a una palabra o a una sola letra? ¿Por qué no vamos a poder incrustar dos letras o más? Así el juego será más entretenido y, probablemente, será más fácil conseguir empotres. Veamos algunos ejemplos:
 
– orinal + gi = original

– ético + ro = eRÓtico

– cartera + re = carretera
 
¿Te animas a construir empotres? ¿Te animas a proponer el juego en alguna sobremesa familiar? Cuando tengas uno, invéntate una definición para proporcionar pistas a los demás y que puedan resolverlos. Por ejemplo:

 – Quien consiga meter una guarida de un pájaro en un recipiente para beber puede dárselas de engreído y altanero.
 
– En la Roma antigua, cuando uno era desleal unas quinientas veces, ya se convertía en costumbre.
 
– Meter una matrícula de coche gerundense en un recipiente para el pis puede ser algo inusitado e inédito.
 
– Meter una letra griega entre lo que está conforme a la moral se convierte en algo sensual y voluptuoso.

 – Meter una nota musical allí donde llevamos los billetes y las tarjetas nos permitirá circular con el coche, gerundense o no.

 ¡Ánimo!