miércoles, 16 de diciembre de 2015

Edad del Yerro

Lo leí en el suplemento Buenavida de El País (15/09/2015), con la firma de Cristina Bisbal… y no pude evitar hacerle una foto.

 
Si alguien que, se supone, es profesional de la cosa escrita confunde poner herraduras (= herrar) con no acertar (= errar) o, lo que viene a ser lo mismo, confunde hierro con yerro, apañados estamos. ¡Qué no confundiremos el resto de los mortales!
 
Así a bote pronto, a mí se me ocurren unos cuantos equívocos:
 
-       Este político tiene una voluntad de yerro.
Es decir, este político está deseando equivocarse en todo.
 
-       El cerrajero me puso una barandilla de yerro.
Es decir, la colocó mal.
 
-       Los soldados hierran el tiro.
Es decir, les ponen herraduras a las caballerías.
 
-       Este vagabundo hierra por los calles de mi ciudad.
Es decir, va marcando con un hierro candente a todo bicho viviente que se encuentra.
 
-       El ministro le quitó yerro al asunto.
Es decir, corrigió las equivocaciones que tenía.
 
-       Quien a yerro mata a yerro muere.
Es decir… [imagínatelo tú mismo]
 
Total, que parece que hayamos vuelto a la Edad del Yerro.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Emilio, de juernes

Lo oí por primera vez hace ya unos años en una conferencia de la cual ya no recuerdo ni el tema ni al conferenciante. Sí recuerdo que en su intervención utilizó y explicó dos conceptos: lo glocal y lo egolectivo. Por supuesto, ninguna de estas dos palabras está en el diccionario normativo, pero su significado no ofrece ninguna duda si nos atenemos  a su procedencia: glocal es la fusión de global y local; egolectivo es la fusión de ego y colectivo.

Ahora he vuelto a ver la primera de ellas en un titular de periódico (entrecomillada eso sí), lo que me hace pensar que se va asentando en el lenguaje, al menos, de una parte de la comunidad hispanoparlante. Ya falta poco para que se incluya en los diccionarios de uso, primer paso para llegar al diccionario normativo académico.

elpais.com

 
Otra palabra de reciente creación que tampoco encontraremos en los diccionarios es veroño (fusión de verano y otoño), que, como indica el destacado de la información que sigue, es “el verano del otoño”.
 
elpais.com

 
 Y tampoco hallaremos juernes (fusión de jueves y viernes) en el diccionario.
 
farodevigo.es
 
Y, a pesar de que hace mucho tiempo que se utiliza, tampoco aparecerá emilio como adaptación del inglés ‘e-mail’.
 
Y mucho menos emeterio, que es como llamaban (no sé si ahora también) a los conductores de la EMT (Empresa Municipal de Transportes) de Madrid hace algún tiempo.
 
Y avelino tampoco, que así llaman algunos a las personas que usan el AVE para ir a trabajar.
 
Y eleno menos, que es como designan a los miembros del ELN (Ejército de Liberación Nacional) en Colombia.
 
Y seguro que busquimano (contracción de buscar a mano) tampoco, que es el vocablo con el que se conoce a los rastreadores de alijos de droga perdidos en el mar en algunos puntos del sur de Andalucía.
 
Todas estas palabras surgen de la creatividad de los hablantes, de la necesidad que tienen de designar realidades nuevas. Es un procedimiento de, digámoslo así, etimología popular, similar a lo que conté en Pendejuelas y churreterías.
 
Y no es de descartar que, en un futuro no muy lejano, algunas terminen en el diccionario normativo. Este ha sido el caso de bebercio, formado a imitación de comercio, al asimilar comer - comercio y beber - bebercio, cuando realmente comercio no tiene nada que ver con comer.
 
¡La imaginación al poder… también en el uso del lenguaje!


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Ciclogramas

Todavía no había hablado de ellos y la verdad es que es un entretenimiento muy sencillo, divertido y adecuado para todos los públicos. Es más que apto para distraer a los niños, por ejemplo, durante un viaje en coche: puede plantearse en forma de juego, no requiere de ningún instrumento añadido y, si se tercia, incluso puede hacerse en plan competición.

Un ciclograma es una palabra que acaba tal como empieza. Algunos ejemplos:

-       Napoleón,  Ángela
[de grado 1: una letra se repite al principio y al final de la palabra]

-       Zaragoza, españoles
[de grado 2: la misma secuencia de dos letras se repite al principio y al final]

-       Respondedores, dosificados
[de grado 3: una secuencia de tres letras se repite al principio y al final]

…y así sucesivamente.

Pero estos ciclogramas anteriores tienen muchas letras sobrantes. Quedan mucho más elegantes los ciclogramas con pocas letras sobrantes. Algunos ejemplos con una sola letra sobrante:

-       De grado 2: desde, carca

-       De grado 3: bereber, quinqui

El reto es encontrar ciclogramas que no tengan ninguna letra sobrante; es decir, ciclogramas perfectos.

-       Los de grado 2 son muy sencillos de encontrar: mamá, papá, pipí, caca, arar, soso, coco

-       Los de grado 3 tampoco son complicados: cuscús, cancán, tuntún

-       Los de grado 4 ya empiezan a escasear: tacataca, adosados, alfalfa, entente

-       Para los de grado 5 y superiores, ya hay que pararse a pensar bastante más: adoradora

Por supuesto, para jugar con niños no hay por qué ser tan exigente: se les puede pedir, por ejemplo, que busquen ciclogramas de, al menos, 5 letras, otorgar 5 puntos por cada ciclograma encontrado y restar un punto por cada letra sobrante. Y ya tenemos entretenimiento para rato. ¿Te animas a ponerlo en práctica en tu próxima salida con niños? ¡Ánimo!

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Petas y picos

Lo leí en ‘Científicos japoneses logran disparar el láser más poderoso del mundo’, en lavanguardia.com (29/07/2015):

El disparo ha alcanzado una potencia de dos petavatios durante un picosegundo

Y uno, que no está muy ducho en tamañas dimensiones, no tuvo más remedio que acudir al diccionario académico para cerciorarse de que sí, de que ambos elementos se usan como prefijos en el Sistema Internacional de Unidades, de que peta- significa mil billones de veces y pico-, una billonésima parte.

Por lo tanto, el disparo alcanzó una potencia de dos mil billones de vatios durante una billonésima parte de un segundo. ¡No sé cómo pueden medir eso! Si un segundo es un tic del reloj y una décima de segundo… casi nada, ni siquiera puedo imaginarme qué es una billonésima parte de un segundo. En fin, ellos sabrán.

El caso es que uno, más ducho en otros asuntos, recordaba que peta y pico tienen otros significados en español, digamos, no normativo. Y, tras acudir a otro diccionario menos académico, el Diccionario de Argot Español, de Víctor León, logró corroborarlo: peta significa porro y pico, inyección de heroína u otra droga en la vena. ¡Casi nada!

Imagino que a esos científicos japoneses del disparo no se les ocurriría fumarse un peta ni, mucho menos, meterse un pico durante la preparación de la prueba. En caso contrario, quizá el disparo habría llegado a una potencia de dos yottavatios durante un yoctosegundo. Es decir, la repanocha… y un poco más.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Si exclamas, exclama bien

Ya he hablado en otra ocasión (Interroguexclamo) de que en español se usan dos signos, uno de apertura (¡) y otro de cierre (!), en las frases exclamativas. Esta peculiaridad del español —en las lenguas vecinas solo se usa el de cierre— parece que se va perdiendo poco a poco. No hay más que asomarse a las calles de mi ciudad y prestar un poco de atención a la cartelería: cada vez es más frecuente ver que el signo de apertura ha desaparecido.


 
  

O que el signo de apertura se ha transformado en signo de cierre… por vete tú a saber qué circunstancias.

 
El caso es que todos tenemos derecho a quejarnos, a expresar nuestra alegría, nuestra sorpresa o lo que nos dé la gana. Pero, ¡hombre!, habría que procurar hacerlo correctamente. No cuesta tanto, ¿verdad?

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Anagramas que argamasan

He hablado ya varias veces de los anagramas en este espacio. Hoy quiero hablar de marcas anagramáticas, pero dándole al asunto un toque lúdico algo diferente y, también, un pelín transgresor. Porque algunas marcas pueden transmitir más cosas de las que los expertos en márquetin nos meten por los ojos y los oídos con la publicidad. Son mensajes escondidos, subliminales, que pueden pasar inadvertidos incluso para esos expertos en márquetin, pero que ahí están. Y, escarbando un poco, este ludolingüista redomado se ha propuesto sacarlos a la luz… y, de paso, procurar divertir un poco a la concurrencia. Veamos.

Si vives en Gerona y quieres una cobertura impecable, Orange es la solución: lo lleva en sus genes.

Si quieres alquilar un coche y pagar con VisaAvis no te va a poner ningún impedimento: si lo hiciera, estaría traicionando sus raíces.

Si estás pasando una mala racha, acércate por Correos: socorre a la gente que está en apuros.

Los de Danone son muy patrióticos: en sus fábricas siempre ondean las banderas del lugar en el que se hallan.

Y los de Nestlé, muy discriminatorios: venden solo a los consumidores que llevan lentes.

Para conseguir el modelo Renault que deseas, a tiempo y por un precio apañado, probablemente al concesionario tendrás que untarle.

Y si lo que quieres es un Citroën, no te quedará más remedio que hacerte pasar por el más cretino del barrio para conseguirlo pronto.

¿Se te ocurre alguna otra marca con mensaje oculto? Seguro que si cogitas un poco, te salen algunas, y no necesariamente góticas. ¡Ánimo!

miércoles, 4 de noviembre de 2015

A vueltas con in-

Dice la norma académica que el prefijo in-, que se utiliza para indicar negación o privación, se convierte en im- ante b o p (ya lo he mencionado en Balompié en Ciempozuelos), y se convierte en i- ante l o r.

Por eso, Marta Portal escribe lo siguiente en ‘A tientas y a ciegas’:

La dejó pasar, y ella cruzó el umbral de Secretaría con aire de reina. No era una pose estudiada, no. Era algo impremeditado

Es decir, in- + premeditado = impremeditado. Correcto, pues.


Y Antonio Lorca titula un artículo de la sección ‘Revista de verano’ de El País del 12/07/2015 así:

 Ureña triunfa con una corrida 'ilidiable'

Es decir, in- + lidiable = ilidiable. Correcto también.
 

Ahora bien, en ‘Se enciende y se apaga una luz’, Ángel Vázquez escribe esto otro:

—En cambio, tu cuñada es un hueso.
—Un hueso inroíble.

En realidad, debería ser irroíble: el prefijo in- ante r se convierte en i-, y la erre debe duplicarse para mantener el sonido fuerte de la erre inicial de roíble (ver Prorruso). Es lo mismo que ocurre en irrepetible (que no inrepetible) o en irracional (que no inracional).

Tenlo en cuenta cuando te veas en alguna situación similar.